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¿TE DUELE LA ESPALDA?
Tu colchón puede ser el motivo de tu mal descanso. Desde Dermacolchon te ayudamos a resolver el problema.
Quién más o quién menos nos hemos levantado por las mañanas con las típicas molestias, especialmente en la espalda. Lo más probable es que el origen del problema sea el uso de un colchón que, por sus características o por su antigüedad, no sea el adecuado para nuestro cuerpo. Todos necesitamos descansar por las noches para aprovechar el día siguiente al máximo, por lo que dormir en un buen colchón aumentará la calidad de nuestras vidas y mejorará nuestra salud. En el mercado se pueden encontrar una gran variedad de colchones (de látex, viscoelásticos, de muelles...) que nos ayudarán a evitar que nos levantemos por la mañana con el tan temido dolor de espalda.
No hace muchos años se nos decía que cuanto más duro era un colchón, mejor para las molestias de la espalda, recomendándose, incluso, la colocación de una tabla debajo del colchón, pues los colchones solían ser de una espuma de mala calidad o colchones de muelles de una firmeza muy baja, lo que junto a los clásicos somieres de muelles, se convertían en unas camas muy blandas. Más tarde se pusieron de moda los colchones de látex que se caracterizaban por ser blandos, con poca firmeza. Se decía que el látex al ser un material tan suave no presionaba el cuerpo y las molestias de espalda desaparecían.
Actualmente está demostrado que al contrario de lo que se pensaba, los colchones con firmeza media son los adecuados para personas que sufren de dolores de espalda.
LA FIRMEZA DEL COLCHÓN
El grado de firmeza es algo a tener muy en cuenta a la hora de elegir colchón. Un buen colchón debe repartir el peso del cuerpo de la manera adecuada. Debe ser lo suficientemente firme para sostener bien el cuerpo, pero no tanto que resulte incómodo.
La escala de firmeza se divide en:
- Firmeza suave
- Firmeza media
- Firmeza alta
No hay que confundir firmeza con adaptabilidad. Un colchón puede adaptarse muy bien a tu cuerpo, envolverlo, y ser de firmeza alta. La firmeza de un colchón de muelles dependerá del grosor del acero, del número de muelles, de su diámetro y forma y de cómo están unidos. La firmeza de un colchón de látex, de espuma o de viscoelástica, depende no solo de la densidad del material (kg/m3), sino también del número de capas, de sus grosores y combinaciones. Una mayor densidad en principio es mejor, posee mayor resiliencia (capacidad de recuperación) y durabilidad con el paso del tiempo.
Un buen colchón debe respetar la curvatura natural de la columna vertebral al colocarse boca arriba y alineada mientras duermas de lado. Si el colchón es demasiado duro, no se adapta al cuerpo, hace que el peso del cuerpo no se distribuya adecuadamente por toda la superficie del colchón. En un colchón demasiado blando, el cuerpo tiende a hundirse.
Por lo tanto, si padeces de dolores lumbares lo mejor es elegir un colchón de firmeza media y con adaptabilidad para que las zonas del cuerpo que están en contacto con el colchón no sufran ningún tipo de presión y se amolden al colchón ofreciendo comodidad.